lunes, 12 de junio de 2017

Me gustás



Me gustás,
mucho me gustás.
Me gustás tanto como para juntos hacer todo;
tanto como para juntos hacer nada.
Salir a bailar, pasear por la costa, comer por ahí,
quedarnos adentro, mirar una peli, cenar café con facturas.
Me gustás solo y con los tuyos.
Me gustás solo y con los míos.
Me gustás conmigo y sin mí.
Me gustás de tal manera que no necesito fingir, porque me siento libre.
Libre para decir, para hacer, para pensar, para disentir.
Para ser seria, para ser niña, para mostrarte mi versión de ser mujer.
Libre para ser yo.
Me gustás en las buenas.
Me gustás en las malas.
Me gustás en el texto y en el subtexto de nuestras conversaciones.
En lo que digo y en lo que no.
En lo que decís y en lo que no.
Me gustás tanto como para volverme cursi por un rato.
Y para reír hasta las lágrimas con el peor humor.
Me gustás tanto que imagino cómo hubiera sido conocerte antes de todo,
de los otros, de los hijos, de los cachetazos de la vida.
Pero yo sería otra; vos serías otro.
Y me gustás así.
Y yo me gusto así.
No voy a mentirte ni cargarte con la responsabilidad de decirte
"Sin vos me muero", que ambos sabemos es mentira.
Pero me gustás tanto que, si te parece, si te convence, si te va,
te propongo seguir gustándonos,
a pesar de la distancia,
a pesar de las adversidades.
Porque, de verdad,
me gustás.


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