domingo, 6 de marzo de 2016

Adrenaline rush


No existe sensación más adictiva que la de la adrenalina corriendo por tus venas. La incertidumbre, el peligro, provocan a la parte de tu personalidad que desea aventuras, que no sabe estarse quieta, que se aburre fácilmente. Esa misma que te empuja y que aborrece la rutina.
Aunque en ocasiones escuches una voz, muy razonable ella, que despacito te aconseja desistir, alejarte de ese precipicio, vos sabés que vas a dar el paso... caída libre.
Te transpiran las manos, te late acelerado el corazón, la mente va a mil cada vez que sentís la vibración que confirma otro contacto. Entonces, esperás, extendés esos momentos de ansiedad, hasta que no podés más.
Sonreís mientras preparás tu respuesta. Indecisa, escribís y reescribís. Borras, volvés a copiar. Dudas acerca del tenor; pensás cuán hondo te estás metiendo y qué pasaría si... Nada importa. Enviado. Y vuelta a empezar.
No podés ni querés negar que te atrae. Ego, morbo, deseo, todo envuelto en un hermoso paquete. Que te hace sentir viva. Y para eso estamos acá. 

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