viernes, 27 de noviembre de 2015


No nací para Penélope
No es esta la primera vez que la frase me viene a la mente. Será por impaciente, por mandada, por kamikaze.
Tal vez sea por la crianza, por genética, por los astros.
La cuestión es que la paciencia no es lo mío. Esperar a que el otro dé el primer paso, que llame, que escriba, me da ansiedad, bronca, hasta urticaria. Obviamente, no es culpa del otro (bueh, a veces sí). Es un tema intrínsecamente mío. 
Yo soy la que instiga, yo soy la que propone, yo soy la que busca. Yo, yo... Suena un tanto egocéntrico, ¿no? Pero, en realidad, es querer que las cosas pasen. No sentarse y ver la vida transcurrir, sino hacerla, vivirla, sentirla.
Alguna vez me quejé de que todo era igual, monótono, aburrido. Esta es mi manera de evitar eso. Me gustas? Te escribo. Te llamo. No espero porque "qué van a decir", porque soy mujer, para no joder...
Soy mandada y si me interesa aún más. Total, el no ya está. Veamos si aparece el sí.

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